dimecres, 22 de maig del 2013

Notas sobre Chile


Chile, ese extraño país



Extraño país al que uno llega después que lo fumiguen en el avión, por orden gubernamental, para evitar que entre ningún bicho indeseado. País en el que se habla castellano, pero que llaman “Küchen” al pastel, “Shop” a la jarra de cerveza, “Palta”, al aguacate, choclo al maíz, o “Rodoviario” a la estación de bus o tren. Los cafés o cafeterías son restaurantes, aunque sirven platos absolutamente desconocidos, como las Chorrillanas, Pichangas o Sopaipillas, Chacarero, Barros Luco o Mechada. Son amantes de la comida rápida y las diferentes cadenas locales sirven una infinidad de sándwiches de todo tipo. El “hot dog” por ejemplo, es un completo, un italiano,  un dinámico, o un mayo…, dependiendo de los ingredientes con los que se sirve. Y si te gustó, es “bacán”. Cachais?, porque si no es que no entendisteis nada… Si po!

Extraño país en el que muchos afirman que el gobierno se esfuerza para que la cultura llegue al mínimo posible de gente. Los precios de los libros están por las nubes debido a los impuestos, y la educación cada día es más inaccesible. Los medios de comunicación que ni saben de la veracidad o el rigor, no informan de nada importante. Tonterías y chismes para distraer al público, sucesos y más sucesos. El robo de un cajero automático, el incendio accidental de un coche en el centro de Santiago, una factura de teléfono desorbitada, pueden ser noticias de hasta cinco minutos, con un sinfín de declaraciones sin la más mínima importancia periodística. A penas nada de lo que ocurre en el mundo, ningún análisis político, económico o social serio. Canal tras canal a uno le parece estar viendo un interminable “Sálvame”.

Extraño país que, según afirman todos, es, económicamente hablando, de los más fuertes de América Latina y con mejores perspectivas de crecimiento. Y eso a pesar de que su economía depende de las minas, la agricultura y la pesca. Exportan cobre, madera, frutas y pescado, pero a penas manufacturan nada. Dependen enteramente de la importación y de los precios que los mercados internacionales establezcan respecto a las materias primas y el combustible para transportarlas. Los salarios de la mayoría de la población son un tercio de los españoles, aunque los precios son comparables a los de España. Pero la fiebre por adquirir una segunda residencia está creciendo. Y por eso la población se endeuda a base de créditos que están seguros de poder pagar…

Extraño país en que a penas invierten en proteger un patrimonio natural de primer orden que podría convertirlos en uno de los destinos turísticos más importantes del mundo. País que no duda en utilizar toda su riqueza natural para obtener una energía barata, pero que está contaminando, destruyendo los bosques, haciendo desaparecer especies y deteriorando seriamente el medio ambiente. Un país con un gobierno que no duda en destruir uno de los mayores patrimonios naturales del planeta, la Patagonia, autorizando presas, más de 2.000 quilómetros de redes de alta tensión, y la explotación minera de sus recursos, sin importarle en absoluto la suerte de los poco más de 200.000 habitantes de esta región.

Extraño país en que muchos habitantes del sur (Patagonia) no se consideran chilenos y les gustaría ser independientes. Mientras los habitantes del norte (9ª Región) consideran que los del sur son ignorantes y por eso allí siempre gana la derecha, enorgulleciéndose de que en su región no ha ganado jamás. O en donde poseen una isla en pleno Pacífico, a casi 4.000 quilómetros, que nadie duda que es Chile, y con unos habitantes que se saben polinesios y quisieran ser independientes. Eso sí, cuando Argentina quiso recuperar las Malvinas, el gobierno chileno no dudó en ayudar a Inglaterra a recuperar sus territorios de ultramar…


Extraño país en que gobierna la derecha, los mismos que apoyaron al dictador Pinochet, aunque ahora todos intenten desvincularse. Los mismos que están recortando la ayuda al Museo de la Memoria, dedicado a las víctimas de la dictadura y que denuncia los crímenes cometidos por el criminal Pinochet, mientras todavía conservan algún monumento dedicado a este y siguen recibiendo el agradecimiento de los carabineros por todos los privilegios de los que gozan.

Extraño país que…, bueno, a lo mejor no es tan extraño… Me recuerda otro país de cuyo nombre no quiero acordarme!!  Y en ese otro, ni siquiera existe un Museo de la Memoria, ni nunca se persiguió a nadie por todos los crímenes que se cometieron durante los 40 años de dictadura… Y hasta echaron de la judicatura a un juez que quiso investigar algunas de las miles de denuncias interpuestas por familiares de asesinados y desaparecidos…, (por cierto, Garzón vive en Chile). Seguiré meditando a ver si entiendo algo!!