divendres, 30 de gener del 2015

Política municipal

Sinvergüenzas de manual


A nadie se le escapa a estas alturas que los grandes partidos, como PSC o CiU disponen de manuales de actuación para ayudar a aquellos grupos municipales que carecen de un proyecto y de ideas propias sobre como gobernar su municipio.

Basta comparar lo que se ha hecho en diferentes municipios del mismo color político para darse cuenta que siguen un patrón común que se repite una y otra vez. Un mismo modelo de actuación que tiene como primer objetivo, cuando no único, garantizar la continuidad del grupo político en el Ayuntamiento.

Un ejemplo muy claro lo hemos tenido en Castellbisbal, en dónde el PSC ha seguido al dedillo el programa de actuación que se repite en otros municipios cercanos. Nada más llegar al Ayuntamiento, los miembros del PSC y en estos últimos cuatro años también los de CiU, que nunca antes habían participado en las diferentes entidades del pueblo, empiezan a hacer acto de presencia en todo tipo de eventos.

Atendiendo a los hechos, el manual parece prescribir tres acciones respecto a las entidades locales:

1.- Hacerse con el control de estas entidades colocando personal del partido en los órganos de gobierno. Tratar de eliminar aquellas personas que no son de su cuerda e impedir la participación activa de aquellas que estén relacionadas con otras formaciones políticas.

2.- Crear nuevas entidades, y si conviene también plataformas, formadas o dirigidas por simpatizantes del partido desde las que se organizan actos financiados, y a menudo también organizados, por el mismo Ayuntamiento.

3.- Intentar hacer desaparecer aquellas entidades que no son de su cuerda, eliminando subvenciones o despojándolas de sus funciones. Un ejemplo lo tuvimos en Castellbisbal con la desaparición del grupo ecologista DEMAC. Después de hacer público varios delitos ambientales cometidos por el PSC se le sometió a una lucha sin cuartel, apropiándose de actividades que siempre había realizado esta entidad, como la Fiesta del Árbol, amenazando y poniendo en peligro el puesto el trabajo de uno de sus miembros, después de presionar a la empresa en la que trabajaba para que lo despidieran.

La cuestión es mantenerse en el poder, aunque sea dividiendo y destruyendo el rico tejido social y cultural que se había ido formando con tanto éxito en los años anteriores.