Notas sobre Sri Lanka
El 4 de febrero de 1948 Sri Lanka se independiza de la Gran Bretaña. El
1956 el Partido de la Libertad se hace con el poder, con un programa basado en
el nacionalismo cingalés. El nuevo
gobierno, de mayoría cingalesa, empieza con mal paso. Primero pretenden denegar
la ciudadanía a los “tamiles de plantación”, los que habían sido traídos desde
la India por los británicos para trabajar en los campos de té. Intentan
incluso, sin éxito, repatriarlos a su país de origen.
Después, pretenden que el único idioma oficial sea el cingalés,
relegando el tamil, tan antiguo y arraigado en la isla como el primero. Tramita
un proyecto de ley para privar del derecho de voto a la población hindú y
musulmana de habla tamil, que, desde ese momento, ya no puede acceder a empleos
y servicios gubernamentales. En 1970 se aprueba otra ley que favorece el ingreso
de los cingaleses en las universidades en detrimento de los tamiles. Los
estudiantes tamiles se levantan en una insurrección armada que conlleva el estado de excepción en zonas
tamiles.
Para colmo, en un país tan diverso, también en lo religioso, opta por
apoyar y fomentar el Budismo, convirtiéndolo en la “religión” del estado. Un
sector de monjes budistas se afianza en el poder promoviendo leyes que
discriminan al resto de confesiones.
Todas estas medidas son la causa del inicio de un conflicto étnico que
sumirá al país en el caos y la guerra civil. En 1970 se crea Los Tigres de Liberación de
Eelam Tamil “Tigres Tamiles” que abogan
por un estado tamil independiente. En 1971 se declara el estado de excepción en
el norte. En 1981 un grupo de cingaleses incendia la Biblioteca de Jaffna que
atesoraba varias joyas históricas del pueblo tamil.
En 1983 se produce una masacre de tamiles en Colombo, el llamado “Julio
Negro” en que 3000 tamiles son fusilados
y sus inmuebles saqueados y quemados. La violencia se acaba propagando a otras
partes del país. Ante la pasividad del gobierno, que, según algunas fuentes, no
hizo nada para evitarla, cientos de miles de tamiles abandonaron el país o
huyeron al norte. Mientras los cingaleses del norte se fueron hacia el sur.
Empieza así una guerra civil que durará 26 años y que provocará
migraciones y más de 100.000 muertos. La guerra se acaba en 2009, tras
acorralar y aniquilar a los últimos Tigres Tamiles. Pero el conflicto se cierra
en falso. El gobierno arrasa todos los cementerios tamiles del norte, e incluso
construye una base militar encima de uno de ellos. Pronto llegaron las
acusaciones internacionales de masacres y crímenes de guerra.
El Gobierno de Sri Lanka ha rechazado hasta ahora investigar los abusos
cometidos durante la guerra civil, tal como solicita el Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas (UNHRC). La ONU solicita investigaciones
periódicamente sobre la masacre civil, sin resultados hasta el momento.
En el momento en que se acaba la guerra se encontraba al frente del
gobierno, el presidente Manida Rajapaksa (2005- 2015) del Partido de la
Libertad. Un personaje de talante totalitario y numerosas acusaciones de abuso
de poder (familiares y parientes ocupaban cargos oficiales y dirigían grandes
empresas), que llegó incluso a cambiar la constitución ceilandesa para poder
detentar el poder ilimitadamente. Tras llevar a cabo enormes y ruinosos proyectos
urbanísticos financiados con capital chino, como un aeropuerto y un puerto que
nadie utiliza, perdió las elecciones en 2015.
El nuevo presidente desde el 2015, Maithripala Sirisena, que se está
replantando algunos de los proyectos iniciados por su antecesor, es visto por
muchos como la posibilidad de empezar a caminar en la senda correcta. Hay que
adoptar nuevas políticas que combatan el conflicto étnico generado por las
políticas anteriores. Los problemas en el norte no se han solucionado del todo.
Los ataques a musulmanes en el 2014 son solo un ejemplo. Un cambio de rumbo se
hace del todo necesario si se desea preservar la paz.
MEDIO AMBIENTE
Otro de los retos a los que se ha de enfrentar el nuevo gobierno es el
de la protección del medio ambiente, una asignatura urgente.
La deforestación es la mayor amenaza. A principios del S.XX el bosque natural cubría el 70% de la isla.
En 2005 se había reducido al 20%
Sir Lanka registra uno de los índices más altos de destrucción de
bosque primario en el mundo.
El boom del turismo lleva a la construcción en lugares antes vírgenes
sin demasiada atención al medio ambiente. Parece que mejorar la economía es lo
prioritario ahora, con todos los riesgos que eso supone.
La fauna del país también paga un alto precio. Mas de 60 especies están
en peligro de extinción: el elefante asiático, el langur de cara púrpura, o los
cocodrilos de estuario, son solo unos ejemplos. El caso de los elefantes es
especialmente grave. Se calcula que en el s. XVIII había en la isla unos 20.000
elefantes. Los británicos, aficionados a las partidas de caza, asestaron un duro golpe a esta especie. Hoy se calcula que
quedan unos 4000.