diumenge, 31 de març del 2013

Notas sobre Chile


HISTORIA DE CHILE…

De camino a la Argentina cae en mis manos la guía de Lonely Planet sobre Chile. Aprovecho las 5 largas horas de viaje para leerme el apartado que se refiere a la historia de este país. Los autores del libro son todos extranjeros, de Canadá, Nueva Zelanda i Norteamericano. Me parece que puede ser una aproximación bastante más objetiva que la que he obtenido de los chilenos con los que he hablado durante mi viaje, sobre todo aquellos que, sin ningún tipo de problema defienden la gestión del dictador Pinochet.

Según Lonely Planet, a los conquistadores españoles les fue relativamente fácil hacerse con el control del norte de Chile (el sur, dominado por los fieros Mapuche es otra historia muy diferente). El hecho es que los habitantes de esta zona estaban muy organizados y acostumbrados ya a ser explotados por los reyes Incas. Los españoles fácilmente reemplazaron la autoridad local inca, y todo siguió igual, pero con diferente amo.

El extremeño Pedro de Valdivia fue el encargado de conquistar las tierras al sur de Perú. Una vez en su poder compensó a sus seguidores con enormes parcelas de tierra, exportando el sistema latifundista que tan bien conocía. Muchos de estos latifundios se mantuvieron intactos hasta los años 60. Y sus propietarios, explotando primero a los indígenas, y después a los inquilinos a los que dejaban trabajar en sus tierras a cambio  de determinadas prestaciones, se convirtieron en la clase dominante en el país.  

Hacia el año 1820 el imperio español ya se había desintegrado, en parte por la incapacidad de Madrid de satisfacer los intereses de las diferentes colonias, y una obsesión centralista a la que solo interesaba cobrar impuestos.

Después de la independencia, la distribución de la tierra y la reforma agraria fueron objetivos políticos que toparon una y otra vez con el poder de los grandes terratenientes. Bernardo O’Higgins, al mando de la primera república chilena  fue el primero en intentarlo. La elite aristocrática aliada con los militares le obligaron a dimitir en 1823 y exiliarse a Perú.  

En su lugar colocaron a Diego Portales, defensor de los intereses de los grandes terratenientes, y que como ministro de interior, actuó de facto como un dictador, hasta que un levantamiento popular acabó con su vida en 1837.

Tras la guerra del Pacífico, los chilenos se anexionaron el sur de Bolivia, gracias a la ayuda económica de las empresas británicas, alemanas i estadounidenses, interesadas en las riquezas de la zona. Los nitratos primero y el cobre después enriquecieron al país y crearon una nueva clase trabajadora y nuevos ricos que pronto acabaron con el dominio conservador en la política. Así, en 1886 conseguía la presidencia de Chile José Manuel Balmaceda, una gran figura, que tras muchos logros en infraestructuras, educación y sanidad quiso reformar de nuevo el injusto sistema latifundista.

Los conservadores rechazaron sus planes y aliados de nuevo con un militar, el comandante naval Jorge Montt, provocaron una guerra civil en la que murieron más de 10.000 chilenos. Los terratenientes mantuvieron así su poder hasta bien entrado el siglo XX. La elección del Presidente Arturo Alessandri Palma que se presentó con un importante programa de beneficios sociales,  trajo esperanza de nuevo a las clases trabajadoras. Los conservadores, repitiendo la historia, se alían de nuevo con el ejército y lo fuerzan a renunciar (1924).

Fue substituido por un dictador, el General Carlos Ibáñez del Campo, cuya desastrosa política le obligó a exiliarse a Argentina en 1931. Durante esos años las compañías norteamericanas se habían hecho con el control de la minas de cobre del norte del país, la columna vertebral de la economía chilena. Y nacionalizarlas y devolver el control a Chile iba a ser desde entonces otra de las reivindicaciones de los partidos de izquierda.

En 1958 llegó al poder el conservador Jorge Alessandri, pero con una clara minoría respecto a los partidos de izquierdas, que habían visto aumentar su presencia considerablemente en el Congreso. En las elecciones de 1964, la victoria fue para el democristiano Eduardo Frei, que también llevaba en su programa el fin del sistema latifundista. A pesar de algunos logros, no consiguió satisfacer las expectativas de la clase trabajadora.

En una situación económica muy crítica y con un programa muy radical que incluía la nacionalización de las minas, los bancos y las compañías de seguros, además de la expropiación y distribución de los grandes latifundios, Salvador Allende consigue la presidencia de Chile en octubre de 1970. Se presentaba con una coalición de partidos de izquierda nada fácil de contentar.

Desde el principio contó con la oposición del congreso, empresarios y terratenientes, que provocaron el caos a base de bloqueos y huelgas. Los Estados Unidos evitaron la llegada de crédito exterior para el gobierno de Allende, y apoyaron a la oposición, económica y moralmente. A pesar de todas las dificultades con las que contó, Allende ganó de nuevo las elecciones de marzo de 1973 y con más apoyo que la primera vez.

Pero en septiembre de 1973 el General Augusto Pinochet Ugarte protagonizó un brutal golpe de estado que provocó la muerte de Allende, así como la de miles de sus seguidores. Cientos de miles se exiliaron. Los conservadores creyeron que pronto restablecería un gobierno civil, como había ocurrido tantas veces a lo largo de la historia de este país. Pero se equivocaron. Pinochet llegó con idea de quedarse, y para asegurarse su poder no dudó en implantar un sistema de represión, tortura y asesinatos. La tristemente famosa Caravana de la Muerte recorrió el país matando a políticos de izquierda y simpatizantes.

En 1987 Pinochet perdió el plebiscito que había convocado para seguir en el poder hasta 1997. El partido Concertación para la Democracia ganó las elecciones de 1989. El dictador se marchó pero dejándolo todo atado y muy bien atado. El se mantenía como senador vitalicio, que le confería una inmunidad en el país. Y los militares seguirían disfrutando de grandes prerrogativas y poder en Chile. 

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