Chile, ese extraño país
Extraño país al que uno llega después que lo
fumiguen en el avión, por orden gubernamental, para evitar que entre ningún
bicho indeseado. País en el que se habla castellano, pero que llaman “Küchen”
al pastel, “Shop” a la jarra de cerveza, “Palta”, al aguacate, choclo al maíz, o
“Rodoviario” a la estación de bus o tren. Los cafés o cafeterías son
restaurantes, aunque sirven platos absolutamente desconocidos, como las Chorrillanas,
Pichangas o Sopaipillas, Chacarero, Barros Luco o Mechada. Son amantes de la
comida rápida y las diferentes cadenas locales sirven una infinidad de
sándwiches de todo tipo. El “hot dog” por ejemplo, es un completo, un
italiano, un dinámico, o un mayo…,
dependiendo de los ingredientes con los que se sirve. Y si te gustó, es
“bacán”. Cachais?, porque si no es que no entendisteis nada… Si po!
Extraño país en el que muchos afirman que el
gobierno se esfuerza para que la cultura llegue al mínimo posible de gente. Los
precios de los libros están por las nubes debido a los impuestos, y la
educación cada día es más inaccesible. Los medios de comunicación que ni saben
de la veracidad o el rigor, no informan de nada importante. Tonterías y chismes
para distraer al público, sucesos y más sucesos. El robo de un cajero automático,
el incendio accidental de un coche en el centro de Santiago, una factura de
teléfono desorbitada, pueden ser noticias de hasta cinco minutos, con un sinfín
de declaraciones sin la más mínima importancia periodística. A penas nada de lo
que ocurre en el mundo, ningún análisis político, económico o social serio. Canal
tras canal a uno le parece estar viendo un interminable “Sálvame”.
Extraño país que, según afirman todos, es,
económicamente hablando, de los más fuertes de América Latina y con mejores
perspectivas de crecimiento. Y eso a pesar de que su economía depende de las
minas, la agricultura y la pesca. Exportan cobre, madera, frutas y pescado,
pero a penas manufacturan nada. Dependen enteramente de la importación y de los
precios que los mercados internacionales establezcan respecto a las materias
primas y el combustible para transportarlas. Los salarios de la mayoría de la
población son un tercio de los españoles, aunque los precios son comparables a
los de España. Pero la fiebre por adquirir una segunda residencia está
creciendo. Y por eso la población se endeuda a base de créditos que están
seguros de poder pagar…
Extraño país en que a penas invierten en
proteger un patrimonio natural de primer orden que podría convertirlos en uno
de los destinos turísticos más importantes del mundo. País que no duda en
utilizar toda su riqueza natural para obtener una energía barata, pero que está
contaminando, destruyendo los bosques, haciendo desaparecer especies y deteriorando
seriamente el medio ambiente. Un país con un gobierno que no duda en destruir
uno de los mayores patrimonios naturales del planeta, la Patagonia, autorizando
presas, más de 2.000 quilómetros de redes de alta tensión, y la explotación
minera de sus recursos, sin importarle en absoluto la suerte de los poco más de
200.000 habitantes de esta región.
Extraño país en que muchos habitantes del sur
(Patagonia) no se consideran chilenos y les gustaría ser independientes.
Mientras los habitantes del norte (9ª Región) consideran que los del sur son
ignorantes y por eso allí siempre gana la derecha, enorgulleciéndose de que en
su región no ha ganado jamás. O en donde poseen una isla en pleno Pacífico, a
casi 4.000 quilómetros, que nadie duda que es Chile, y con unos habitantes que
se saben polinesios y quisieran ser independientes. Eso sí, cuando Argentina
quiso recuperar las Malvinas, el gobierno chileno no dudó en ayudar a
Inglaterra a recuperar sus territorios de ultramar…
Extraño país en que gobierna la derecha, los
mismos que apoyaron al dictador Pinochet, aunque ahora todos intenten
desvincularse. Los mismos que están recortando la ayuda al Museo de la Memoria,
dedicado a las víctimas de la dictadura y que denuncia los crímenes cometidos
por el criminal Pinochet, mientras todavía conservan algún monumento dedicado a
este y siguen recibiendo el agradecimiento de los carabineros por todos los
privilegios de los que gozan.
Extraño país que…, bueno, a lo mejor no es tan
extraño… Me recuerda otro país de cuyo nombre no quiero acordarme!! Y en ese otro, ni siquiera existe un Museo de
la Memoria, ni nunca se persiguió a nadie por todos los crímenes que se
cometieron durante los 40 años de dictadura… Y hasta echaron de la judicatura a
un juez que quiso investigar algunas de las miles de denuncias interpuestas por
familiares de asesinados y desaparecidos…, (por cierto, Garzón vive en Chile).
Seguiré meditando a ver si entiendo algo!!
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